Llegué a este libro por la película de Charlton Heston. Recordaba haberla visto co

n catorce o quince años y comentarla con mis amigos. Estábamos entonces enganchados a la CF a través de cómics como
1984 o
Tótem, tanto como a la literatura de terror, o casi mejor decir a Lovecraft. La emoción que sentíamos con Charles Dexter Ward o Chutlhu, o con el
Den de Richard Corben es indescriptible. Y en aquellos días echaron por la tele aquella película que nosotros creíamos de zombis. No habíamos entendido nada, claro.