domingo, 7 de septiembre de 2014

H. G. WELLS - El nuevo acelerador, y otros relatos (1998)

Lo malo de las ediciones baratas es que solo cuidan las formas, pero fallan estrepitosamente en el contenido. El producto –el libro- es tratado con indiferencia, como si diera igual con tal de tenerlo “empaquetado”. A estas alturas de mi vida quiero que un clásico tenga un buen y breve estudio preliminar, con notas del editor para explicar detalles, amén de una traducción decente. Ha coincidido que he leído al azar algunos artículos de Julio Camba recogidos en La rana viajera” y Un año en el otro mundo, de la Colección Austral. Deliciosos, pero no indicaba la fecha ni el periódico, con lo que el texto perdía sentido. Esto le ocurre al libro titulado El nuevo acelerador, de H. G. Wells, que publicó el diario El Mundo en su colección “Las novelas del verano”, allá por 1998. Ni un miserable prólogo –claro que leí el Lucía Etxebarría a “Un mundo feliz”, de Aldous Huxley, y casi es peor-, ni una nota de pie de página que indique el año de la edición de cada cuento.

Al buscar cada narración de Wells por internet, claro, vi que la BBC 4 había seriado esos cuentos. Qué maravilla.  Igualito que aquí, donde hablar de libros en los medios, incluida la red de redes, es cosa de “frikis”. No hay más que poner en el buscador “blogs de literatura”, y echarse a temblar.


La colección titulada “El nuevo acelerador” reúne cuatro relatos, sin conexión ni siquiera en orden cronológico. El primero, que da título al volumen, fue publicado en 1895. Wells se hace eco de una las preocupaciones básicas de la civilización occidental desde la segunda industrialización: el avance ilimitado de la ciencia puede cambiar los parámetros conocidos de la existencia. Es una cuestión central en parte de la obra de Wells, como se ve en “El hombre invisible” o “La máquina del tiempo”, donde se puede juega con el parámetro físico y el temporal. “El nuevo acelerador” es una sustancia que permite al ser humano imprimir una velocidad a sus acciones por encima de lo normal. De esta manera, el autor de la sustancia y su amigo recorren las quietas calles de Londres, con personas, coches, animales e insectos casi congelados, estáticos, con una rapidez que les permite hacer cualquier cosa. Por ejemplo, uno de ellos aprovecha para ajustarle las cuentas a un perro molesto, y lo tira por el aire. Cuando todo vuelve a la normalidad, el can aparece encima del paraguas de una señora.

En “Los acorazados terrestres” (1903), Wells hace una crónica periodística excelente de la guerra de trincheras. El relato tiene toda la estética de un cuento steampunk, en el que unas máquinas gigantescas, con tracción a vapor, patas de elefante, y cañones por doquier, irrumpen entre las trincheras enemigas ganando con facilidad la batalla. Pero el cuento no es solo eso, sino que la cuestión es el poder de la ciencia y la tecnología. Los propietarios del acorazado son delgados y pálidos oficinistas, gente de ciudad, que poseen el conocimiento, y gracias a eso obtienen la victoria. Los derrotados es gente de pueblo, robustos y morenos campesinos, que oponen su gallarda caballería. El choque recuerda a la blitzkrieg bop alemana sobre Polonia, en 1939, cuyos carros de combate destrozaron a la mítica carga de la caballería polaca, aquella misma que salvó Viena de los turcos en el siglo XVI, pero que se mostró impotente ante la ciencia y la tecnología del XX.

El tercer relato es “El bacilo robado” (1895). Wells se hizo eco de la escalada terrorista del anarquismo –ese mismo año, un anarquista italiano asesinaba a Cánovas-, y lo convirtió en ladrón del virus del cólera. La intención era propagarlo por Londres. Un tema como este, que podría ser tomado con toda seriedad, y que daría lugar a un telefilme de cuatro horas, Wells se lo toma con mucha ironía y lo convierte en un cómico episodio matrimonial. El bacteriólogo, que tiene el laboratorio en su casa, enseña su colección a un desconocido. En un descuido provocado por su esposa, el anarquista le roba el virus. Cuando el acogedor científico se da cuenta, le persigue por la calle en ropa de casa. “Sale a la calle sin sombrero”, oh, my God. La esposa, claro, le persigue para darle la vestimenta apropiada y que no haga el ridículo. En plena huida en coche de caballos, que es motivo de apuesta para los ociosos conductores, al anarquista se le rompe el tubo con el virus. Consciente de su suerte, el terrorista bebe el resto del contenido. ¿Es grave? No; porque lo que ha tomado, por despiste, es un virus que convierte en azul a quien lo padece. ¿Pitufos? Yo qué sé.

El último relato es “Un sueño de Armageddon” (1901), en el que se introduce en el campo de los relatos oníricos, de esas dobles vidas que transcurren en el mundo de los sueños. En este caso, el bello durmiente habita en el futuro, junto a una mujer deslumbrante con la que vive un amor apasionado. Sin embargo, la guerra estalla y él intenta darle la espalda para vivir su privacidad. Los dos acaban muriendo. la moraleja podría ser, si quisiéramos sacar algo al texto, que Wells nos indica que no podemos darle la espalda a nuestros enemigos; en este caso, a aquellos que quieren arrebatarnos nuestra forma de vida. Al renunciar a la defensa estamos entregando la vida y propiciando la muerte; es decir, la pérdida. El relato está escrito a comienzos del siglo XX, cuando las espadas de las grandes potencias europeas ya estaban en todo lo alto; especialmente la de Austria y Rusia en los Balcanes, y se creía inminente una gran guerra.

Las traducciones son buenas, y permiten leer unos relatos magníficamente bien escritos de plena literatura prospectiva. En eso sí acertó el editor

2 comentarios:

  1. Llegue por casualidad a tu blog buscando un dato de Lovecraft, y llevo lo que va de la semana leyendo tus reseñas, son maravilloso tus comentarios y analisis, tus post, etc etc; Sobre Wells no por algo es considerado uno de los padres de la Ciencia Ficcion, aun que a mi parecer sus relatos tenian un fin moralizante. Comentando de las ediciones baratas, tristemente en Mexico, estas son las unicos vientos frescos en cuanto a literatura; las libros, novelas o recopilatorios de buena calidad son siempre los mismo titulos y autores clasicos (pareciera que Poe unicamente escribio Narraciones Extraordinarias o que las unicas traducciones al español de Verne son sus novelas de "ciencia ficcion"), lo unica novedad son las novelas de moda (Crepusculo, Grey, etc). En cambio gracias a estas ediciones baratas conoci a los cuentos de Maupassant, Bierce, Erckmann-Chatrian.... aunque solo tienen una pobre introduccion, realmente señalando el por que de la recopilacion.

    ResponderEliminar
  2. Lovecraft debe estar revolcandose en su tumba, por que aqui en Mexico acabaron de publicar en "ediciones baratas" gran parte de sus cuentos y narraciones; aunque eso si, son traducciones directas de las revistas pulp, con comentarios del traductor, y con portadas muy bellas, se nota que el ilustrador leyó el contenido de la obra, para que te des una idea, vale 25 pesos cada librillo (dolar y medio al tipo de cambio actual).

    ResponderEliminar

Reseñas más leídas