En mi proyecto de leer lo mejor de la CF había incluido este libro de Alfred Bester. Estaba en las listas que consulté, pero algún comentario que leí me echó para atrás. Un espabilado que había hecho una sinopsis decía que era la historia de un hombre encerrado en un cubículo espacial, y que para salir de su situación imaginaba viajes. Evidentemente, aquel tipo haría bien en dedicarse a otras labores. La claustrofobia que me generó aquel resumen no me invitaba a leer el libro. Luego vino el lío del título; que si Tigre, tigre, que si Las estrellas, mi destino. En fin, un gilichorrada de la que me sacó la versión de bolsillo (y tanto) que ha sacado Gigamesh. Desde las primeras páginas me llevé una doble alegría: el nanotamaño de la letra del libro demostraba que no había perdido vista y, albricias, se trataba de un relato magnífico.
Las estrellas, mi destino es una reflexión sobre la venganza, el pecado y el perdón. Y a mí me encantan las historias en las que el protagonista surca el relato buscando vengarse (¡Qué le vamos a hacer! He nacido aquí). Pero como dice Gully Foyle, el Tigre: "La venganza es para los sueños..., no para la realidad" (p. 173). Foyle busca vengarse y lo intenta de forma ciega, pasional, a lo bruto. En la cara le aparece un tatuaje que le da aspecto felino cada vez que pierde el control, cada vez que las emociones dominan a la razón. Foyle impone la consecución de la venganza a cualquier otra cosa, y comete tantos errores que concluye por despreciarse, por desear un castigo a sus pecados.
Bester ideó la novela en dos partes, construyendo un relato que visualmente es una uve invertida, lo que vendría a ser el ascenso y caída de Gulliver Foyle. La primera parte es deslumbrante porque describe las características del mundo futuro y presenta a los personajes. Aparecen entonces todas las grandes ideas que contiene el libro: el teletransporte ("jauntear", lo llaman), la telepatía, la colonización de los planetas interiores y exteriores, y un gobierno mundial, que Montesquieu definiría como aristocrático, pero Jefferson como mesocrático. Aún así tiene un cierto aire a Mercaderes del espacio, de Pohl y Kornbluth. Pero esto, como el hecho de que las "religiones organizadas" (no hay una que no lo sea de una u otra forma) estén abolidas, se trata con más detenimiento en la segunda parte.
Es ahí, en esa parte, donde Foyle se convierte en el Montecristo del futuro, que toma aquí el nombre de Fourmyles de Ceres, un pisaverde millonario, un payaso que deslumbra a la puritana e hipócrita alta sociedad, en medio de un thriller político, social y bélico -todo un torrente narrativo-. Y se produce entonces la frustración, el autodesprecio, la caída del Tigre. Como si se tratara de un folletón de Dumas, el desenlace tiene lugar en las últimas treinta páginas y, si apuro, en los párrafos finales. He leído esas líneas postreras varias veces para que no se me escape la visión del conjunto y, sobre todo, su significado (lo recomiendo vivamente).
Es ahí, en esa parte, donde Foyle se convierte en el Montecristo del futuro, que toma aquí el nombre de Fourmyles de Ceres, un pisaverde millonario, un payaso que deslumbra a la puritana e hipócrita alta sociedad, en medio de un thriller político, social y bélico -todo un torrente narrativo-. Y se produce entonces la frustración, el autodesprecio, la caída del Tigre. Como si se tratara de un folletón de Dumas, el desenlace tiene lugar en las últimas treinta páginas y, si apuro, en los párrafos finales. He leído esas líneas postreras varias veces para que no se me escape la visión del conjunto y, sobre todo, su significado (lo recomiendo vivamente).
He disfrutado mucho con esta obra de Bester, corroborando que las sipnosis y los comentarios de libros que sólo son resúmenes no son para mí y no merecen confianza.
Hay sinopis y comenatrios en als contraportadas que
ResponderEliminarA) Te desvelan prácticamente toda la trama (a veces "asociado" a los prólogos...)
B) No tienen nada que ver con el interior.
En cualquier caso, mejor coger referencias de otros sitios, y contrastarlas. Un saludo
¿Recuerdas, Jorge, que fue a raíz de este libro como nos dimos a conocer en el blog de Lino? Pues hace un mes o así que lo he terminado, y coincido contigo: es genial, un relato muy "pulp" que engancha como pocos, y al mismo tiempo muy poético por momentos, a destacar en el mencionado final del libro, que es una de esas preciosidades que estimulan nuestra imaginación.
ResponderEliminarPor otro lado, me ha llamado la atención cuánto se podría ajustar este libro a los cánones de la mayoría de lectores de nuestros tiempos, estos tiempos en que el cine y la tele nos han sobreacostumbrado a las conclusiones con vuelcas de tuerca repentinas o finales sorpresa (hasta el punto de que si una historia carece de dichos efectismos, mucha gente la manda a la mierda). Cuando se descubre finalmente la "peculiaridad" de Gully... ¡no deja a nadie indiferente!
Lo que no he tenido en ningún momento es la sensación de estar leyendo un libro de la década de los cincuenta... por la traducción, tal vez excesivamente "actualizada" a mi gusto. Sigo prefiriendo muchas traducciones antiguas para libros antiguos por una cuestión meramente semántica (como el color amarillento de una edición antigua: me facilita a "retroceder al tiempo" en que un libro puede haber sido escrito).
Saludetes y muchas gracias por esta recomendación que he degustado con mucho placer, tío.
Me alegro mucho de que te haya gustado. Así te devuelvo el favor que me hiciste con Poe. El final es impresionante, como el resto de la novela. Es una de las mejores que he leído, sin duda. Me estoy aficionando al pulp. Ahora estoy leyendo a Edmond Hamilton y sus "reyes de las galaxias", que de momento es una pasada. Y como lectura de vacaciones es inmejorable.
ResponderEliminarNo te he contestado antes porque he estado de viaje.
Saludetes, tron.
Excelente novela.
ResponderEliminar"-Tiene que haber algo más que el simple vivir- le dijo Foyle al robot
-Entonces hállelo por usted mismo, señor. No le pida al mundo que se deje de mover porque tiene dudas-
-¿Por qué no podemos movernos todos juntos hacia adelante?-
-Porque todos ustedes son tan distintos. Porque no son lémures. Algunos tienen que ir por delante, y esperar a que los demás les sigan-
-¿Quién va por delante?-
-Los hombres que deben hacerlo… los hombres con una misión, los hombres que se sienten compelidos a ello.-
-Fenómenos-
-Todos ustedes son fenómenos, señor. Pero siempre lo han sido. La misma vida es un fenómeno. Esa es su gloria y esperanza.-"
La sabiduría del robot te deja anonadado. Quién diría que el robot salva el día.
Saludos!!!
Fantástico diálogo!!!
EliminarGracias, FG.
Saludetes!