Esta es una de esas novelas que
no tenía pensado leer. Edgar Rice Burroughs, el autor, fue el creador de
Tarzán, un personaje por el que tengo cierta simpatía pero que me genera una
sensación tan incómoda como entrañable, con muchos recuerdos de la niñez –mi abuela
me regalaba unos cómics de una imitación cañí llamada “Tamar”, pero eran
fantásticos-. Quizá esto se deba al destino cruel de Johnny Weissmuller. A la
vez, la edición española de Una princesa
de Marte era de lo más ochentera que había visto: la portada luce a una
chica sensual con un traje de las 1.001 noches. Para esto ya había leído todos
aquellos cómics de la editorial Toutain.
¿Por qué, entonces, comencé a
leerlo? Me pilló en un mal momento. Se me había
atragantado El mundo invertido, de Christopher Priest. Estaba harto ya casi a la mitad del libro de que contaran detalladamente cómo la ciudad avanzaba por los rieles. “No desesperes, ya pasará algo”, me decía, pero ¡no pasa nada! Lo mismo el final es trepidante, pero el libro se me caía de las manos –lo que es un problema, porque es un ebook y se rompe-. Mientras leía El mundo invertido pensaba “Tengo que encontrar algo que me enganche”. Y entonces vi un tráiler.
atragantado El mundo invertido, de Christopher Priest. Estaba harto ya casi a la mitad del libro de que contaran detalladamente cómo la ciudad avanzaba por los rieles. “No desesperes, ya pasará algo”, me decía, pero ¡no pasa nada! Lo mismo el final es trepidante, pero el libro se me caía de las manos –lo que es un problema, porque es un ebook y se rompe-. Mientras leía El mundo invertido pensaba “Tengo que encontrar algo que me enganche”. Y entonces vi un tráiler.
No me puedo resistir al noble
ejercicio de novela y película. Fue un acierto. El libro de Burroughs no te
deja tranquilo ni un segundo. Ya sé que suspendería el test científico, pero me
importa un pepino. La historia tiene garra cinematográfica porque el ambiente y
los seres son espectaculares. El libro empieza con el relato del sobrino del
capitán John Carter, el protagonista. Su tío había sido militar de la
confederación en la Guerra de Secesión en Estados Unidos. Era un tipo solitario
que les visitaba de vez en cuando, que desdeñaba a toda la familia menos a él.
Por eso, cuando murió le dejó un manuscrito. En aquellas hojas estaba el
fantástico episodio que había marcado su vida.
El viaje de John Carter a Marte
se produce en una cueva, sin explicación alguna, salvo la presencia de los
restos de una bruja; pero Burroughs pasa de explicar nada más. Me ha recordado a
Leigh Brackett y su saga de Marte, porque la influencia, que ella nunca ocultó,
es más que evidente. A partir de ahí las aventuras se suceden, aparecen las
distintas razas marcianas, el paisaje desértico, los animales imposibles, las
ciudades con ese aire árabe tan característico del pulp de aventuras de la década de 1930, con ese aire a lo Robert E.
Howard, y la acción, mucha acción.
La chica, Dejah Thoris. Bueno.
Después de leer los comentarios, tampoco es que destile una sensualidad
irresistible. Que va ligera de ropa, medio desnuda, vale, pero de ahí a que
casi algunos hablen de ella como si se tratara de una novela erótica encubierta
media un abismo. La trama no tiene nada de especial: superhéroe en un mundo de
tribus marcianas sobre las que se impone por sus dotes estratégicas y físicas –el
ser un humano le da ventajas por la gravedad-. El juego de poder que Burroughs
describe responde a la mentalidad occidental de principios del siglo XX respecto
a las tribus africanas –ay, Tarzán-, y las batallas son de corte medieval. Esta
combinación, junto al espectáculo marciano, es perfecta para el cine.
La clave de la vida en Marte
reside en una civilización anterior, desparecida cuando llega Carter, que creó
un sistema para que hubiera atmósfera respirable en el planeta. Por supuesto,
el secreto, el conocimiento científico, es un tesoro que sólo se lega de
persona a persona. El problema está cuando el guardián de la máquina, que es
quien la hace funcionar, muere sin sucesor. Hasta ahí puedo contar.
El estilo es típico del pulp, en el que el “Continuará” está
presente capitulo a capítulo, e incluso al final del libro, que termina pero deja la puerta abierta a nuevas aventuras, como así fue. ¿Que si voy a seguir
la lectura del segundo volumen? De momento, no. Leí después a Stanley Weimbaum,
un autor maravilloso del que ya hablaré, y ahora voy a empezar a Thomas M. Dish.
A mí sí que me esperan nuevas aventuras.
Hola Jorge. Recientemente revisé la saga de Barsoom en mi blog (http://universodecienciaficcion.blogspot.com/2011/12/1912-john-carter-y-el-ciclo-de-barsoom.html). Aunque el primer volumen puede parecer refrescante, mi opinión sobre la saga en su conjunto -que abarca once libros- no es particularmente favorable. El tiempo ha pasado y ha dejado atrás el estilo, los personajes y la estructura de las historias de Burroughs. Las imágenes y el poder de evocación siguen ahí, pero para disfrutarlos es necesario tragar mucha narración de pobre calidad. Eso sí, su influencia ha sido enorme y ello se refleja en la cantidad de artistas e ilustradores que lo han tomado como motivo de sus trabajos.
ResponderEliminarHola, Manuel. He leído la reseña en tu blog, y estoy de acuerdo. Sin embargo, no creo que haya "mucha narración de pobre calidad", sino que se trata de un estilo diferente de narración. No puedo opinar sobre el resto de la serie de Barsoom porque no la he leído (tengo suficiente con "Una princesa de Marte"), pero al menos en esta primera entrega la ambientación es muy buena, las razas están bien definidas, el ritmo es excelente y la definición de los personajes principales es impecable (aunque la trama sea pueril). Estoy seguro de que no podemos decir esto mismo de muchos autores de los últimos cuarenta años.
ResponderEliminarSaludetes
Ostras Tamar!!; hace un tiempo comenté algo sobre esos tebeos en mi blog, y luego me encuentro que en una página de descargas de "cómic hispano"han enlazado a mi blog cuando hablan de ellos... y los ponen para bajar. Evidentemente, descargué todos los que había, pues últimamente sólo encontraba algunos sueltos en las tiendas de cómcies, pero muy caros. Así que ahí los tengo, preparados para revisar/leer por 1ª vez dado que no leí muchos en mi infancia/juventud.
ResponderEliminarAh, la reseña...luego la leo ;)
Hola! Está genial el libro, me parece que es uno de los más emblemáticos de la literatura norteamericana, y fue fuente de inspiración de directores de cine y escritores de ciencia ficción!!
ResponderEliminarMuy bueno el blog, me gustó. Justamente yo también escribí una nota respecto a "Una princesa de Marte" en mi blog de literatura.
Los invito a todos a darse una vuelta para opinar, comentar y sugerir.
Link: http://on.fb.me/XqiFpl
Saludos!
Luciano // http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar/