Decididamente, no es el mejor
libro para regalar a un niño el día de su Comunión. Es más; he retrasado la
publicación de este comentario unos meses debido a que caía en Navidad. He
querido ahorrarme malos entendidos y comentarios maliciosos. Y es que el tema
de He aquí el Hombre, de Michael Moorcock,
es Jesucristo.
Hacía tiempo que quería leer
algo de Moorcock, desde que quedé fascinado por los escritores británicos de
los sesenta. Ese mundo londinense imaginado, gris, hippy, de fumetas
desastrados pero brillantes, me hacía gracia. Moorcock era además el prototipo:
proveniente del fandom, anarquista, editor de New Worlds y ejemplo de la New
Wave. El problema era que Moorcock se había
dedicado a la fantasía después de unos escarceos en la ciencia-ficción. Sólo quedaba Behold de Man (He aquí el Hombre), que fue premiada en 1967 con el Nébula.
dedicado a la fantasía después de unos escarceos en la ciencia-ficción. Sólo quedaba Behold de Man (He aquí el Hombre), que fue premiada en 1967 con el Nébula.
El personaje central es Karl
Glogauer, un pobre hombre, huérfano de padre, con una infancia traumática, que
crece convencido de que merece el sufrimiento y el desprecio. El tipo va
apartando de su vida lo bueno porque piensa que no lo merece, y vive en una
constante ansiedad porque quiere complacer a los demás. Karl está enganchado a
la obra de Carl Gustav Jung, el padre de la psicología profunda y de la
psicología de los complejos, que aunque le da algo parecido a una cosmovisión,
le sume más en la espiral de sufrimiento.
Moorcock, además de reírse de
la moda del psicologismo, construye la historia de una paradoja con tinte tan
religioso como irónico: un hombre viaja en el tiempo para conocer a Jesucristo
y dar así significado a su vida –la religión, dice, es el último refugio del
miedo-. Karl es recogido por los esenios, una secta judía dirigida por Juan el
Bautista, que prepara un levantamiento contra los romanos. Es la época de
Tiberio. Lo que Karl encuentra es sorprendente: nadie conoce a Jesús de
Nazaret, y las peripecias para encontrarlo se van pareciendo a los relatos de
los Apóstoles en el Nuevo Testamento.
Finalmente, Karl encuentra a
Jesús, y casi es mejor que no lo hubiera hecho: es un bastardo retrasado mental
y ladrón, María es una adúltera, y José un mal carpintero que vive cabreado con
el mundo. Es entonces cuando Karl asume el papel de un Jesucristo filósofo,
psicólogo y político. Moorcock recrea la historia del camino a la Cruz como una
sucesión de interpretaciones erróneas, leyendas y mentiras. Por ejemplo; es
Karl/Jesús el que busca a los apóstoles entre sus seguidores, y los escoge sólo
por el nombre para que coincida con el relato de la Biblia.
Si Moorcock hubiera escrito
esto en el siglo XVI lo hubieran quemado en la hoguera de la Inquisición. El
tema es hoy algo trillado, pero es un buen libro que cuesta dejar. Moorcock
sabe mantener al lector a la expectativa hasta el final porque, aunque es
evidente que Karl acabará en la Cruz, también da la sensación de que puede
pasar cualquier cosa. No sé si la lectura de He aquí el Hombre puede cambiar la
fe de alguien, pero estoy convencido de que es útil para un ejercicio mínimo de
reflexión o iniciar una buena conversación.
Uf, Moorcock... yo que consumo CF y fantasía casi por igual, estoy precisamente probando con su Elric de Melniboné (otro clásico entre los clásicos)... y la verdad es que es una fumada completa. Se ve que este buen hombre decidió que eso de planteamiento, nudo, desenlace era de cobardes y se dedicaba a contar las cosas conforme se le ocurrían... y llegado el número de páginas pertinente, terminaba "porque sí".
ResponderEliminarLa gente lo llama genialidad, yo lo llamo pereza. Porque ideas buenas sí que tiene, y sabe escribir, pero de ajustar la trama nada de nada. O será que yo soy demasiado antiguo y la New age es demasiado new para mi, quién sabe.
Me alegra saber que en esta obra está más comedido, lo tendré en cuenta si se me pone a tiro.
Er-Murazor, quizá el punto de Moorcock sea ese: dar con un palmo en las narices al lector después de haberle divertido. Philip K. Dick tampoco se distingue por unos finales rutilantes. Es de esos que dices: "¿Ya está? ¿No será que el editor se ha pulido el último capítulo?". Lo pasé bien y mal con el libro de Moorcock, porque el protagonista es para darle una buena colleja.
ResponderEliminarGracias por comentar.
Saludetes
Algo he leído de la obra de Moorcock y de admitir que a veces es un peñazo. Elric no es de lo que más me gusta desde luego. Su saga del príncipe Hawkmoon y el Bastón Rúnico es bastante más interesante y menos dispersa. Eso sí, este libro (mi reseña la podeis leer en http://universodecienciaficcion.blogspot.com/2011/12/1969-he-aqui-el-hombre-michael-moorcock.html) es una de sus obras más logradas y el Premio Nébula que recibió está bien merecido. Un libro muy entretenido y con más profundidad de lo que a primera vista podría pensarse. Muy recomendable.
EliminarHola, Manuel. He de reconocer que tenéis paciencia. Yo no sigo leyendo un libro que me aburre (a no ser que sea del trabajo, claro). Me ocurrió con "El mundo invertido", de Priest: cuando llevaba un tercio del libro metido entre rieles y topicazos, lo dejé. El tiempo es finito.
EliminarLeeré tu reseña, que será muy interesante, como todas las tuyas.
Gracias por comentar.
Saludetes
Yo he intentado leer los libros de Elric y alguno de Hawkmoon un par de veces y no consigo que me interesen lo más mínimo. A los personajes los conocí por unas adaptaciones al cómic (de P Craig Russell y, creo, Roy Thomas) y me gustaron, por eso pensé que las novelas debían de estar bien. Recientemente, en un podcast, escuché al propio Moorcock explicar que tardó 3 días (jo, todavía me impresiona) en escribir cada una de las novelas de Hawkmoon y que en general no solía tardar mucho más en escribir sus libros. Entonces lo entendí todo...
ResponderEliminarDe hecho cuadra perfectamente con lo que explica Er-Murazor
Hola, membrillu. Escribir una novela en tres días tiene su mérito (o no, que diría el otro), y no es el primero que lo hace. No vamos a comparar a Moorcock con ningún clásico, pero creo que no te falta razón.
EliminarGracias.
Saludetes
Hace meses había leído en algún lugar de la idea general de "He aquí el Hombre", pero no mencionaba el título ni el autor. Gracias por la información!
ResponderEliminarSaludos!
Hola, Damián. Seguro que te va a gustar la novela.
EliminarGracias por comentar
Saludetes
Suena bastante interesante, de hecho sería como la contraparte de caballo de troya, no?
ResponderEliminarSaludos!!!
Sí, es bastante interesante y se lee muy rápido. Moorcock intenta trasgredir y provocar al lector guardando unas fantásticas formas literarias, y sólo por eso merece la pena.
EliminarSaludetes :)