Me
ha costado mucho leer este libro. No ha sido porque fuera largo, que no lo es,
ni porque carezca de interés o fuerza, que tampoco, sino por razones ajenas a
la literatura o a este blog. La alegría de volver compensa el pesar por haber
leído este libro de forma tan poco respetuosa.
Creo
que la mayor parte de los lectores de Arthur Machen (1863-1947) de los últimos
veinte años lo han hecho gracias a Lovecraft y los Mitos de Cthulhu. La lectura
de aquellos autores y obras que conformaron el mundo que influyó en el maestro
de Providence para crear su mundo de pesadilla es algo irresistible para los
amantes del horror cósmico. Resulta apasionante buscar entre las páginas de
Machen y otros aquellos detalles que recuerden el universo lovecraftiano, o que
nos hagan imaginar a Herbert Phillips tomando nota para un relato de los suyos.