domingo, 21 de febrero de 2010

HARLAN ELLISON - Visiones peligrosas, I, 1985 (1967).


Llegué a este libro por una reseña de César Mallorquí sobre un ensayo de las cien mejores obras de ciencia ficción del siglo XX. Mallorquí citaba Visiones peligrosas con cierta indignación, pues es, decía, la antología más influyente de la CF. Me hizo gracia. Era una especie de antología alternativa; es decir, como si Mallorquí le hubiera sacado los colores al antólogo citándole unos cuantos libros que merecían estar en ese ensayo, frente a otros que, en fin, quizá no, y que estaban por ser algo “editorialmente” correcto. Busqué Visiones peligrosas y sin dificultad la encontré -¡internet, te quiero!- en una librería de Alcorcón (Madrid, España). Bueno, “librería” por decir algo: era la reconversión de un puesto de mercado en una galería muerta. El desplazamiento hasta aquel lugar resultó muy satisfactorio –pasé una buena tarde con mi hermano a principios de octubre de 2009- y muy rentable: Visiones peligrosas es una recopilación de relatos magníficos.


La intención de Harlan Ellison era reunir una serie de cuentos que recogiera descripciones de un futuro negativo, inquietante, doloroso, y por eso tituló la recopilación como “Visiones peligrosas” de la “ficción especulativa”, un término que Ellison prefiere al de “ciencia ficción”.

Coincidiendo con Ellison en que son relatos sobrecogedores, no hay que perderse de ninguna manera los textos introductorios. No sólo me ha encantado el de Asimov, sino que los de Harlan son tan descriptivos y realistas a la hora de mostrar cómo es la república de las letras, que estremecen tanto como los cuentos. Otro tanto se puede decir de los epílogos que los propios escritores añadieron. Lester del Rey, que empieza la recopilación, termina diciendo que el escritor serio se compromete con los “antiguos problemas de la filosofía, el bien y el mal, la causalidad”, que están en cada argumento y personaje.

Robert Silverberg, con Moscas, habla de cómo la gente necesita a la gente, aunque sea para comérsela. Aleccionador. Frederik Pohl trata el tema del racismo en El día siguiente a la llegada de los marcianos, a través de concretar la estupidez cotidiana humana a la hora de marginar a cualquiera, ya sea un individuo o un colectivo político, religioso o racial. El relato debió convertirse en el libro El día que llegaron los marcianos. Pohl ilustra su mensaje social con el siguiente chiste, entre otros, “- ¿Quién ganó el concurso de belleza marciano? ... ¡Nadie!”. Pohl invita a cambiar “marciano” por cualquier otro sustantivo. El recurso hoy es facilón, pero cuando lo escribió tenía su importancia. El relato de Philip José Farmer, en cambio, me ha parecido infumable, insoportable y altamente evitable. No diré más.

Ellison describe a Miriam Allen deFord como una ancianita encantadora que escribe sobre crímenes horrendos. Y así es. A la buena señora no se le ocurre otra cosa que someter a un asesino a una repetición constante de su homicidio; tantas veces que le repugne y se arrepienta. Sólo a una persona de buena voluntad se le podría ocurrir que una cosa así solucione el problema del asesino, o del violador, o del terrorista, o del corrupto.


La historia de Robert Bloch es sobrecogedora, fascinante. Un juguete para Juliette sigue la estela del Jack el Destripador como personaje inmortal. Ya lo hizo en Yours Truly: Jack the Ripper (1943), y Ellison le propuso que matara en el futuro. No voy a... destripar la historia, pero el final es muy del estilo de Poe. Por cierto, Bloch escribió un guión para la segunda temporada de Star Trek, la original, también en 1967-1968, sobre Jack el Destripador titulado “Un lobo en el redil” (capítulo 14). Harlan Ellison continuó la historia con El merodeador en la ciudad al borde del mundo.

Brian W. Aldiss cierra el primer volumen de Visiones peligrosas con un relato: La noche en que todo el tiempo escapó, basado en un error técnico. Sí; hay una fuga en una cronofactoría de la Compañía Central del Tiempo, que vende un gas que permite volver mentalmente al pasado, a cualquier pasado sanguíneo, por lo que el matrimonio protagonista retrocede poco a poco hasta que volvieron a sentirse simios y “treparon la ladera de la colina, regresando a las tierras salvajes como la mayor parte del resto de la humanidad”.

Lo pasé francamente bien leyendo el primer volumen de Visiones peligrosas. Tengo los otros dos aparcados, esperando el momento.

2 comentarios:

  1. Hola Jorge.

    Doy por hecho que estarán más que descatalogadísimos los volúmenes, ¿verdad? Una pena, ya que se me han puesto los dientes tan largos que cuando me siento en la silla me pincho las pelotas! :-D

    No estoy nada puesto en el tema de búsqueda de libros de segunda mano. ¿Algún consejo? Y por cierto, ¿quienes son los autores de los siguientes volúmenes?

    ¡Un saludo!

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  2. Hola, Guillermo (Atreus),

    Hay muchas páginas de libros de segunda mano. Yo evito el comprarlos por internet porque me gusta toquetear el libro antes de comprarlo. Si puedo comprarlos en Madrid y alrededores me acerco a la librería, pero si está en otra provincia o en un pueblo de Madrid perdido ya me tiene que compensar mucho. Aún así he comprado muchos por internet, incluso a EEUU -¡¡¡me llegó en cinco días!!!

    Los autores de los otros dos volúmenes:
    http://www.quintadimension.com/article150.html

    Y por último, ten cuidado con lo que te pinchas que aún no somos cyborgs y no hay repuestos. XD

    Saludetes,

    J

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