No hubiera conocido este libro si no llegar ser por Bloodstar, la adaptación que dibujó Richard Corben. Lo encontré en la Cuesta Moyano hace veinte años. Por aquellos días ya había dejado los cómics de ciencia ficción, fantasía y terror, pero no había abandonado el gusto por el género. La historia de Corben combinaba la fantasía épica con el horror cósmico. Recuerdo que el protagonista acababa con un enorme gusano que salía de los subterráneos de una ciudad del siglo XX destruida hacía cientos de años.
La sugerencia era que la civilización había sufrido un cataclismo hacía mucho tiempo y que la Humanidad había empezado de nuevo, olvidando todo lo que fue. El relato era muy estimulante, y Corben le había dado la dimensión ideal, justa, capaz de obligarme a retener la historia y de empujarme a la búsqueda de más información. Por eso fue una alegría inesperada el encontrar El valle del gusano.
Leí sobre el autor. Robert E. Howard se me presentaba como un tipo extraño, visceral, que exaltaba las emociones y los instintos al raciocinio. La referencia continua a las razas, su jerarquía y a la preeminencia de la aria se me antojaba nazi, lo que me incomodaba y me llevaba a sentir simpatía por los pueblos a los que Howard describía como inferiores. Sin embargo, no podía obviar el contexto cultural del escritor. Murió en 1936 y perteneció a aquella generación de literatos influidos por el biologismo político y el darwinismo social. La apelación a las razas era algo frecuente y hasta moderna. Se veía en ello una superación del sistema que había entrado en crisis en 1914 y llevado al mundo a la guerra.
Era corriente el ver la decadencia de Occidente por la mezcla de razas y los momentos de progreso por la pureza racial, especialmente en las etapas históricas dominadas por la raza aria. Del mismo modo, junto al rechazo a la razón colocaban la exaltación de la tradición y los ancestros, el respeto a la identidad étnica, algo que está muy presente en los relatos de Howard. El pasado era la gloria, el honor, el sacrificio, la Edad de Oro. El presente mestizo era, por tanto, decadente. Así, Howard hace de James Allison, el individuo que recuerda los hombres que fue en el pasado, un tipo enfermo y disminuido. Es un símbolo de su presente histórico. Frente a esa decadencia, Howard coloca el pasado épico, glorioso, puro, basado en los instintos, en la sangre, en la etnia, que representa Niord, el Ario recordado por Allison, protagonista de El valle del gusano. El destino de Niord está en luchar y morir, en un acto individual, en defensa de su tribu. Es el sacrificio personal en aras del bien común.
Al otro lado está el gusano, un personaje típico del horror cósmico de H. P. Lovecraft. No en vano, Howard perteneció al grupo que con aquél escribió en la mítica Weird Tales. Más adelante reseñaré La piedra negra y El túmulo en el promontorio, también en esta línea de los mitos de Cthluhu.
No obstante, la mentalidad que subyace queda hoy en un muy segundo plano. ¿Qué importa? El ritmo y el lenguaje de Howard envuelven al lector enseguida en un relato corto y fascinante, sugerente y evocador, de enorme fuerza y eficacia. Tendré que buscar entre mis cómics las entregas de Bloodstar y volver a disfrutar.
Ah! Robert E.Howard, otra de mis lecturas de adolescencia... ¡la de horas que emplee leyendo sus novelas de Conan -y los comics-! Este relato no lo conseguí, aunque sí tengo la adaptación de Richard Corben que, personalmente, creo que es muy superior a su sobrevalorado Den.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en lo de "Den". Siempre preferí "Mundo mutante", "Rowlf" o "Las mil y una noches". Tengo las colecciones completas de las revistas de Toutain -1984, Creepy y Comix Int-. Hace poco me baje las obras completas de Corben en cbr, hasta 2005, y releí "Den". Nada, el guión es malo, aunque los dibujos son espectaculares.
ResponderEliminarSaludetes,
J
me ha parecido muy interesante colocar al autor en su época, sobre todo porque explica el momento histórico y lo que estaba a punto de ocurrir. La novela no la he leído, la fantasía épica no la asimilo muy bien, vista si, pero leída no.
ResponderEliminarSaludos
Hola, Lino. Tampoco me gusta mucho la fantasía épica -espada y brujería-, pero sí Howard, que fue un excelente escritor de relatos cortos, para mí uno de los mejores, un auténtico maestro. Además, Howard tocó el horror cósmico y la weird fiction de forma muy eficaz y sugerente. Hay un par de publicaciones de Valdemar que merecen la pena. Si te apetece...
ResponderEliminarSaludetes,
J
Lo que de momento he leído de Howard (a excepción de alguno de sus relatos "Mythicos" contenidos en la indispensabilísima antología 'LOS MITOS DE CTHULHU' de Rafael Llopis en Alianza Editorial, a 10 míseros eurines, donde por cierto se puede encontrar el relato 'EL WENDIGO' de Algernon Blackwood, algo que hay que leer SÍ O SÍ, amigos), es la recopilación de Valdemar 'Las Aventuras de Solomon Kane'. Muy buenos relatos; los recomiendo. Sin duda era un gran narrador.
ResponderEliminarMe uno a las felicitaciones por tu excelente razonamiento sobre las circunstancias cronológicas y sociales de Howard, Jorge. Mencionaré, además, que tales posturas ideológicas son algo que, a la hora de imaginar mundos primitivos como los de Conan (he leído varios cómics, amén de adorar la película de Milius), sin duda favorecen esa cosmogonía a la hora de ilustrarla. Digamos que concuerda más ese tipo de ideologías en un ambiente como el que rodea a Conan, antes que el buenrollismo políticamente correcto y occidental que insuflaría cualquier otro autor, siguiendo la conocida tradición Hollywoodiana. Eso es, de hecho, lo que más temo de la inminente versión de Conan que preparan esos impresentables del poderoso imperio cinematográfico norteamericano...
Hola, Guillermo.
ResponderEliminarLa introducción de Rafael Llopis a "Los mitos de Cthulhu" es imprescindible, como la que ha publicado Alianza de Derleth en "El horror de Dunwich". Hay gente que odia a Derleth porque le dio,dicen, un giro católico a la cosmogonía de Lovecraft. "Una traición", dicen. Paparruchas.
El "Conan" del amigo Arnold y el grandísimo compositor Poledouris es inmejorable. Como bien dices, da pánico pensar en el remake políticamente correcto que puedan hacer ahora. Lo mismo Conan se pone a luchar por la sanidad pública en Hiperborea XD.
Saludetes.
el exito de la pelicula, aunque lejos de ser perfecta se lo debemos al gran Milius...es facil ver en Conan el Barbaro su otro clasico "las aventuras de Jeremias Johnson"...y cuando me enteré que era el guionista de la serie Roma de HBO se me aclararon muchas cosas...
ResponderEliminarHola, Iván, bienvenido.
ResponderEliminarSí, la película "Las aventuras de JJ" es enorme, grandiosa. La serie "Roma", que maltraron en la cadena Cuatro, en España, es una de las mejores que se ha hecho para TV en los últimos años. Yo me la bajé y la disfruté viéndola un capítulo al día. Fascinante.
Saludetes.
Leí este espectacular tomo hace años durante mi época universitaria, gracias a un querido amigo con quien comparto mi aprecio por su autor y en especial por Conan (si bien ambos estamos consientes de sus nefastas ideas racistas, no obstante se las perdonamos considerando el contexto en el que se dieron). Por cierto, hace años que no actualizas este gran blog; espero que estés bien y no pienses en botarlo como mucha gente lo ha hecho con sus páginas. Si tienes tiempo, hace años escribí sobre Robert Howard, a ver qué te parece: http://elcubildelciclope.blogspot.com/2011/11/conan-de-robert-howard.html
ResponderEliminar