domingo, 10 de octubre de 2010

ALFRED E. VAN VOGT - El viaje del Beagle Espacial (1950)

Hay varias maneras de abordar este libro. Una de ellas es verlo como el fundamento de Star Trek, otra es tomarlo como una especulación sobre la evolución de las civilizaciones, y una más podría ser la de una reflexión sobre el conocimiento científico. Es más; podríamos encontrar un vínculo que una todas esas maneras: los viajes de la Enterprise, según reza la entradilla de la serie de TV, tienen como objetivo el encuentro de “nuevas civilizaciones”, primando la lógica y la ciencia sobre la violencia.

Las similitudes de los personajes, el propósito y el entorno del Beagle Espacial con los de la Enterprise de la serie de TV son evidentes. La Humanidad flota una nave con una misión: la exploración científica del Universo durante cinco años terrestres. La expedición cuenta también con militares, dirigidos por el capitán Leeth. La parte científica está dividida en departamentos. Las decisiones las toma el director de la parte científica, llamado Morton, una vez oída la opinión de los jefes departamentales, resaltando Kent (química), Korita (arqueología-historia), Von Grossen (física) y Pennons (jefe de máquinas). El carácter internacional de la tripulación es idéntico al que encontramos en Star Trek. El protagonista se llama Elliot Grosvenor, que es un tipo raro, joven, representante del nexialismo, que es un saber que agrupa todos los conocimientos. Grosvenor es frío, calculador y lógico, controla sus emociones y piensa antes en el grupo que en sí mismo. En ciertos momentos, el lector puede sospechar que se trata de un androide, pero muy bien podría ser… un vulcano.

La obra se divide en cuatro relatos. El primero se centra en un ser creado por una civilización extinguida en un planeta solitario –una galaxia con una estrella y un único cuerpo celeste-, en el que encuentran una civilización que desapareció por falta de incentivos para el progreso. Ese ser que hallan, el “gatito”, que así lo llaman por tener cuerpo felino aunque tiene coronado su lomo por una sarta de tentáculos, se alimenta sólo de potasio. El “gatito” se llama Coeurl, sólo quiere alimentarse, es muy inteligente y se deja capturar. Una vez en la nave mata a sus tripulantes para obtener el potasio de sus cuerpos. Lo eliminan de forma científica: Coeurl se mete en una nave salvavidas pensando que el Beagle va a explotar, y lo atontan enviando vibraciones en distintas ondas para liquidarlo.

El segundo relato es más aburrido, le falta tensión. Es la historia de un ataque con alucinaciones hipnóticas cuando el Beagle Espacial llega al borde del cúmulo estelar que estaban atravesando. Las alucinaciones habían extremado los sentimientos negativos reprimidos, lo que había enfrentado a militares con científicos. El resultado era que el Beagle se dirigía hacia un sol. Grosvenor remueve la civilización invasora, llamada riim, atacando el núcleo de sus creencias, y los convence para que los libere. Curiosidad: de los 36 muertos, cuatro volvieron a la vida –no zómbica- en la “cámara de resurrección”.

La tercera historia es el fundamento de la película Alien. Ixtl, nombre del bicho, es un monstruo rojo, o bestia escarlata, con cuatro patas y cuatro brazos, capaz de sobrevivir en cualquier entorno. Ixtl está en un plano superior de evolución porque su organismo tiene una capacidad de adaptación completa. El propósito de Ixtl es reproducirse, tomar un planeta habitado para aumentar su número y conquistar la galaxia; es decir, extenderse, como cualquier especie animal. El Beagle lo encuentra flotando en el espacio, pero ¿de dónde viene? Pertenecía a un universo anterior. La teoría es que el universo presente es el resultado de la explosión hace millones de millones de años de un universo anterior. Ixtl se reproduce capturando hombres y colocando un huevo en sus entrañas para que se desarrolle. Claro, esto es un problema para la tripulación del Beagle, que resuelve Grosvenor. Enseguida se dan cuenta de que el monstruo rojo es indestructible por lo que le engañan para que salga de la nave, y el campo energético le impide volver.

El último relato cuenta la historia de Anabis, un ser gaseoso que ha ido creciendo en volumen e inteligencia, que es capaz de crear mundos, de mover planetas, y que ve en el Beagle Espacial la posibilidad de ir a una galaxia habitada. Entre medias, el lector asiste al enfrentamiento entre Grosvenor y Kent, el director interino, un químico ambicioso, ególatra y déspota, que desprecia al nexialista. Grosvenor se da cuenta de la amenaza que supone para la Tierra la presencia de Anabis, que se alimenta de la muerte, y llega a la conclusión de que la lucha contra el alienígena obliga a prolongar la expedición durante cinco años más. Para vencer la resistencia a adoptar dicha solución, y que asuman la obligación de sacrificarse en beneficio de la Humanidad, se enfrenta con Kent y construye un teclado que emite vibraciones ultrasónicas que sortean el oído, estimulan el cerebro y crea estados de ánimo.

Las ideas que pueblan el libro son interesantes. Por un lado, nos encontramos el enfrentamiento entre el deseo de conocimiento científico y el riesgo que se asume ante lo desconocido. En el caso de la Beagle Espacial vence siempre el ánimo de conocer, de saber más, de descubrir, aunque esto les cueste la vida. Evidentemente, lo más sencillo es no recoger nada del espacio, no parar en ningún planeta, y rehuir todo aquello que no sea familiar, pero entonces no sería una expedición científica. El otro planteamiento interesante es el de la evolución de las civilizaciones, que Van Vogt toma de Splenger: existe una regla general para todas las civilizaciones, y es que pasan por ciclos característicos e inducidos, y que al ser inevitables permiten la predicción. La civilización del primer relato entra en decadencia y desaparece, llega al fin de su ciclo vital por falta de metas, lo que hace innecesaria la tecnología. Y carece de propósito porque no concibe el viaje interestelar al ser un planeta solitario. La civilización del segundo relato, la riim, está estancada porque su desarrollo es mental, no material, no hay producción. La civilización humana está en su ciclo “invernal”, que supone la parálisis previa a la decadencia. La civilización ixtl fue destruida por un fenómeno natural, pero su único superviviente está en su fase primaria, la “campesina”, en la que los valores son la propiedad y la sangre, de ahí su ánimo reproductivo y su deseo de conquistar un planeta. En fin, mucha tela.

El libro que más me llenó de las lecturas del verano de 2009 fue A vuestros cuerpos dispersos de Philip José Farmer, y este año ha sido, sin duda, El viaje del Beagle Espacial. Un libro imprescindible.

12 comentarios:

  1. Muy entretenida novela, una imaginación muy viva la del autor. E indudablemente los creadores de "Alien" le deben mucho a "ixtl", el superviviente de la raza dominante del "universo anterior" (cabe preguntarse como hizo para sobrevivir a semejante catástrofe). Y también le deben algo a "coeulr", ese depredador con tentáculos, me parece.

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  2. Hola, blacksoviet. Acabo de empezar "Razas mutantes", de Van Vogt, y ya desde las primeras páginas esa imaginación de la que tu hablas se nota desbordante.

    Sus obras están descatalogadas, así que las subiré en pdf para e-book.

    Saludetes

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  3. "Razas del futuro", no "mutantes", quería decir. Este subconsciente...

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  4. Qué curioso, leí la historia de Ixtl cuando era un crío en forma de cómic (creo que era un número de "1984" de esos que le robaba a mi tío y devoraba con fascinación), no sabía que era parte de una novela. En su momento ya me pareció que era una copia de Alien, luego descubrí que probablemente la "influencia" fuera al revés...

    Me ha picado la curiosidad, a ver si me hago con esta obra. Un saludo!

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  5. Una nueva muestra de que muchas de las ideas que nos venden en el cine tienen su origen en relatos muy anteriores, desconocidos para el gran público. No es por nada que Van Vogt figura entre los grandes del género...

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  6. Hola, Manuel. Pues Van Vogt tuvo sus detractores, entre ellos Damon Knight, toda una autoridad en el mundo de la CF norteamericana. La semana que viene subiré una reseña de un libro suyo.

    Saludetes

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  7. Hola, llegué hasta aquí por un comentario de Jorge Vilches y menuda sorpresa, gran blog, muy bien organizado y una auténtica delicia para los aficionados a la ci-fi, se nota la pasión.

    Sobre Van Vogt, lo primero que leí de él fue en algunos números que conseguí de Nueva Dimensión. Con él tuve una anécdota divertida, cuando era un crío y descubrí que Alien (creo que por influencias del guionista Dan O'Bannon, un jefe de la ci-fi y fantasía que desgraciadamente murió hace muy poco) estaba influenciada por un relato de Van Vogt, que todavía no conocía, busqué una librería en Barcelona que lo pudiera tener y así descubrí Gigamesh, al entrar fue como si me hubiera transportado en la estación de tránsito, me quedé alucinado la verdad, aunque no tenían el relato salí cargado de libros.

    Un saludo y seguid dando caña de esta calidad, me mantendré atento.

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  8. Impresionante. Es curioso como los guionistas de cine se basen tanto en relatos y novelas de autores poco conocidos por el gran público ¿por qué será?

    Pues si, parece que este título es imprescindible y habrá que leerlo. Por cierto, esta obra ¿no la considerarías dentro del Hard?

    Saludos

    XD

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  9. Pues sí, Lino. Es otra razón para comprarse el e-book (jejeje). A mí me encantó el libro; si quieres, te lo mando en pdf.

    No sé si está dentro del hard, porque como se lee de un tirón, los personajes están muy bien construidos, y los relatos son muy entretenidos... XD Ahora en serio, el manejo de la ciencia que hace Van Vogt es muy competente (para la época, claro), tanto como el manejo de las artes literarias (que es intemporal).

    Saludetes

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  10. Aún no tengo el e-book, no me he decidido por cual, pero mándamelo, que será bien recibido. :-)

    Por lo que he visto de la novela, para mi entra bastante dentro del «hard». Lo que está claro es que en el caso de este subgénero, ser demasiado estricto sin pretender añadir otras visiones va en detrimento del entretenimiento. Y no parece ser el caso de esta, que aborda temas complejos correctamente y es a la vez entretenida. Esto es lo que me gusta. Ahora solo me falta leerla. :-)

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  11. Una vez he tenido tiempo para leerla he tardado cuatro días a ratos. Está muy bien y desde luego que coincido en el análisis. Esta obra merecería ocupar un puesto más destacado en el panorama del hard clásico. Gene Rodenberry se basaría en una gran parte para su Star Trek, aunque se agradece que introdujera mujeres entre la tripulación. Lo de asociar a la fría lógica de Grossvenor con un vulcano, está bien aunque creo que pueden existir humanos en el papel del "nexialista". Lamento precisamente la perdida de esta ciencia ficticia. El concepto del estudio del conocimiento humano como "un todo" no debería resultarnos tan "alienígena". Creo que debería recuperarse, lo que demuestra el increible potencial de esta obra, que aún tiene cosas que dar. Saludos.

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    1. Hola, Lino. Es una obra relativamente poco conocida que merece un mayor reconocimiento. Me alegro mucho de que te haya gustado. Gracias por comentar.
      Saludetes

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