sábado, 5 de mayo de 2012

H. P. LOVECRAFT - La declaración de Randolph Carter (1925)


Rafael Llopis dice en la introducción al libro Viajes al otro mundo –o quizá fue en otra-, que había quien pensaba que se leía a Lovecraft por su magnífica prosa. No era por esto, replicaba Llopis, sino por su habilidad para crear atmósferas que producen sensaciones. Así es. En un párrafo de quince líneas Lovecraft es capaz de sumergir al lector en el ambiente más oscuro, fétido, inmemorial y húmedo que se pueda imaginar. No hay una prosa fantástica, sino una fantástica forma de construir prosa.

La declaración de Randolph Carter es uno de esos relatos. Inicia el ciclo de sus viajes a otra dimensión, que si bien tiene algún nexo de unión con los mitos de Cthulhu parece salir más
de la etapa dunsaniana de Lovecraft. Además, hay otros dos elementos familiares. Uno es Nueva Inglaterra, el lugar todo confluye –“Todos los caminos lovecraftianos conducen a Providence”-, el epicentro o punto final de sus relatos. Otro es Randolph Carter, un personaje equiparable a los de La llamada de Cthulhu, y al doctor Willet de El caso de Charles Dexter Ward.

El relato es la historia de la desaparición misteriosa en un cementerio de Carolina del Sur de Harley Warren, amigo de Carter, quien cuenta a la policía –o eso parece-, los sucesos que explican su ausencia. A partir de aquí todos los elementos del género: libros escritos en extrañas lenguas, noche oscura, cementerio misterioso, lápida mohosa que al retirarse descubre una escalera y seres innombrables. El final es muy del estilo de Edgar Allan Poe, con esa voz que sale de lo más profundo e insondable de la tumba.

La explicación a este relato se encuentra en los siguientes del ciclo de Randolph Carter; donde Lovecraft señala los detalles que envuelven la desaparición de Warren para ambientar las aventuras de su personaje.

En definitiva, una pequeña joya de la literatura de horror cósmico que no debe perderse ningún amante del género.

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