Rafael Llopis dice en la
introducción al libro Viajes al otro mundo –o quizá fue en otra-, que había quien pensaba que se leía a Lovecraft por su magnífica prosa. No era por esto, replicaba Llopis, sino por su habilidad para crear atmósferas que producen sensaciones. Así es. En
un párrafo de quince líneas Lovecraft es capaz de sumergir al lector en el
ambiente más oscuro, fétido, inmemorial y húmedo que se pueda imaginar. No hay
una prosa fantástica, sino una fantástica forma de construir prosa.
La declaración de Randolph Carter
es uno de esos relatos. Inicia el ciclo de sus viajes a otra dimensión, que si
bien tiene algún nexo de unión con los mitos de Cthulhu parece salir más
de la etapa dunsaniana de Lovecraft. Además, hay otros dos elementos familiares. Uno es Nueva Inglaterra, el lugar todo confluye –“Todos los caminos lovecraftianos conducen a Providence”-, el epicentro o punto final de sus relatos. Otro es Randolph Carter, un personaje equiparable a los de La llamada de Cthulhu, y al doctor Willet de El caso de Charles Dexter Ward.
de la etapa dunsaniana de Lovecraft. Además, hay otros dos elementos familiares. Uno es Nueva Inglaterra, el lugar todo confluye –“Todos los caminos lovecraftianos conducen a Providence”-, el epicentro o punto final de sus relatos. Otro es Randolph Carter, un personaje equiparable a los de La llamada de Cthulhu, y al doctor Willet de El caso de Charles Dexter Ward.
El relato es la historia de la
desaparición misteriosa en un cementerio de Carolina del Sur de Harley Warren,
amigo de Carter, quien cuenta a la policía –o eso parece-, los sucesos que
explican su ausencia. A partir de aquí todos los elementos del género: libros
escritos en extrañas lenguas, noche oscura, cementerio misterioso, lápida
mohosa que al retirarse descubre una escalera y seres innombrables. El final es
muy del estilo de Edgar Allan Poe, con esa voz que sale de lo más profundo e
insondable de la tumba.
La explicación a este relato se
encuentra en los siguientes del ciclo de Randolph Carter; donde Lovecraft
señala los detalles que envuelven la desaparición de Warren para ambientar las
aventuras de su personaje.
En definitiva, una pequeña joya
de la literatura de horror cósmico que no debe perderse ningún amante del
género.
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